Libres para Amar: Entre la Gracia y el Juicio
- Ruben Romero
- 25 may
- 3 Min. de lectura
Hay un lugar en el alma donde las reglas ya no son suficientes y la rebeldía tampoco sirve. Un territorio sagrado donde la conciencia ya no se rige por listas, sino por amor. Donde el creyente ya no pregunta: “¿Esto es pecado?”… sino: “¿Esto agrada al corazón de Dios?”
Ese lugar se llama libertad en Cristo.Y es ahí donde comienza la verdadera madurez.

El dilema del cristiano en el mundo
Vivimos rodeados de lo secular.El mundo canta, baila, diseña, produce, innova.Y el cristiano observa todo esto con un dilema en el alma:
— ¿Puedo disfrutar de esta música?— ¿Puedo ver esta película?— ¿Puedo leer este libro, vestir esta ropa, usar esta aplicación?
Y muchos corren a buscar la lista sagrada:
✅ Esto sí. ❌ Esto no.
Pero Jesús no nos dejó una lista. Nos dejó una cruz… y un Espíritu.
“Todo me es lícito…” (1 Corintios 10:23)
Pablo lo dijo con una claridad desarmante:
“Todo está permitido”, pero no todo es provechoso. “Todo está permitido”, pero no todo es constructivo.”
Y así, en una sola frase, desarma al legalista y al libertino.El legalista que quiere prohibirlo todo.Y el libertino que quiere probarlo todo.
La fe no se trata de buscar excusas.Tampoco de vivir con miedo a fallar. Se trata de vivir con el oído pegado al corazón de Dios.
¿Y la música?
Yo fui uno de esos que entregó todo.Sí, todo.
La música fue mi herencia, mi pasión, mi arte.Pero también fue mi ídolo.Y el Señor, con amor, me pidió que la dejara.
Apagué el radio.Cambié de lugar cuando sonaba una canción.Cinco años de silencio voluntario. No por miedo… sino por amor.
Hasta que un día, el Espíritu me susurró:
“Ya no es tu ídolo.Puedes escuchar sin adorar.Puedes admirar sin caer.”
Y descubrí que Dios no tenía problema con la música.El problema estaba en mi apego.
La libertad cristiana no es anarquía, es amor
“Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; solo que no usen la libertad como pretexto para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros.” (Gálatas 5:13)
La libertad en Cristo no es licencia para pecar. Es poder para obedecer con alegría.
Es tomar decisiones no por presión, sino por convicción. Es vivir sin cadenas… ni miedo… ni necesidad de complacer a todos.
Pero también es tener el coraje de decir:— “Esto no lo necesito.”— “Esto, aunque es lícito, no me edifica.”— “Esto podría hacer tropezar a alguien que amo… y eso ya es suficiente para dejarlo a un lado.”
¿Y qué hay del hermano débil?
“Acepten a los creyentes débiles en la fe… No los desprecien. No los juzguen. Cada uno dará cuenta a Dios de sí.” (Romanos 14:1–13, paráfrasis)
Dios ama al nuevo creyente que aún camina con temor.Ama al hermano que aún piensa que todo es pecado.Y no nos llama a burlarnos de ellos…Nos llama a cargar con ellos.
Pero también nos recuerda que no vivimos para la opinión ajena,sino para la gloria del Señor.
Por eso el equilibrio es tan delicado…y tan hermoso.
Entre el juicio y la gracia
La gracia no es permisiva.El juicio no es santo si no se mezcla con compasión.Y la libertad no es madura si no está dispuesta a ceder por amor.
Jesús fue el más libre de todos…Y, sin embargo, se ató a una cruz.
Vive con amor… camina con libertad
No tienes que vivir con miedo al arte,ni encerrarte en una burbuja espiritual.
Pero tampoco ignores al Espíritu cuando te susurra:
“Esto no es para ti.”
Y si algún día un hermano se ofende porque tú escuchaste una canción,o viste una película,o llevas una camiseta que para él representa el mundo…
No discutas. Ama.
Tu libertad no se demuestra al defenderte…sino al servir en silencio.
Porque al final de todo,no es la regla lo que te guía. Es la relación.
Y si tú caminas con Jesús,entonces Él mismo te enseñará a vivirentre lo secular y lo santo…con un corazón limpio y una conciencia en paz.
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