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Eternidad en tu corazón

Dios es Bueno. Mi Maldad lo Revela

📖 "Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna."—1 Crónicas 16:34




Hay momentos en la vida en los que las palabras "Dios es bueno" parecen difíciles de pronunciar. Cuando la traición deja heridas que no cicatrizan, cuando la injusticia nos deja con preguntas sin respuesta, cuando el amor parece desvanecerse en las grietas de un matrimonio roto... es entonces cuando nos preguntamos: "Si Dios es bueno, ¿por qué permite esto?"


Pero la bondad de Dios no es un escudo contra el dolor, ni una promesa de días sin lágrimas. La bondad de Dios es una verdad eterna que brilla con más intensidad en medio de la oscuridad. Y a veces, es en los momentos más duros cuando descubrimos las facetas más hermosas de Su carácter.


Dios no cambió cuando José fue arrojado a un pozo por sus hermanos. Dios no dejó de ser bueno cuando Oseas vio a su esposa alejarse con otro hombre. Dios no dejó de ser misericordioso cuando Jesús fue clavado en una cruz.


Más bien, en cada uno de estos momentos, fue entonces cuando su misericordia, su gracia y su amor se hicieron más evidentes.


Hoy quiero invitarte a ver la bondad de Dios en medio de lo que parece ser malo. A mirar más allá del dolor y encontrar a Dios obrando incluso en las heridas más profundas.


José: Cuando la Misericordia Gana Sobre la Justicia


José era joven cuando sus propios hermanos lo vendieron como esclavo. Fue traicionado, acusado falsamente y olvidado en prisión. Si alguien tenía derecho a pedir justicia, era él.

Por años, pudo haber esperado el día en que Dios castigara a sus hermanos. Pero cuando ese día llegó, cuando aquellos que lo habían abandonado se postraron ante él suplicando ayuda, su corazón no se llenó de venganza, sino de misericordia.


La Biblia nos dice que José tuvo que irse a otra habitación a llorar (Génesis 45:1-2). No porque estuviera enojado, sino porque entendió.


Entendió que Dios había usado todo su sufrimiento para algo más grande. Entendió que la justicia de Dios no siempre se ve en el castigo de los culpables, sino en la redención de las circunstancias.


Y entonces, con voz quebrada pero con un corazón restaurado, dijo:

"Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien." (Génesis 50:20)

¿Cuántas veces hemos querido justicia contra quienes nos han herido? ¿Cuántas veces hemos guardado resentimiento, esperando que Dios "les haga pagar"?


Pero la verdadera sanidad llega cuando elegimos ver la historia desde el otro lado. Desde el lado donde Dios estaba escribiendo algo más grande de lo que podíamos ver en ese momento.


La justicia de Dios no siempre se trata de castigo. A veces, su justicia es el acto de transformar la maldad en algo bueno.


Quizás la injusticia que sufriste hoy sea la plataforma para tu testimonio mañana.


Oseas: Cuando el Amor Significa Cubrir en Lugar de Señalar


Si alguna vez hubo un llamado difícil, fue el de Oseas. Dios le pidió que se casara con una mujer infiel, una mujer que lo traicionaría y rompería su corazón una y otra vez.


¿Por qué? Porque Dios quería que Oseas sintiera en su propia piel lo que Dios siente por nosotros.


Y cuando Gomer, su esposa, finalmente lo dejó por completo y se hundió en su peor condición, Dios le dijo algo que desafía toda lógica humana:

"Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, así como el amor de Jehová para con los hijos de Israel." (Oseas 3:1)


Oseas tuvo que buscar a su esposa en su peor estado, pagar su rescate y traerla de vuelta como si nada hubiera pasado.


Es aquí donde quiero hablarte del matrimonio.


El mundo nos enseña que el amor es condicional: "Si me amas, te amo. Si eres fiel, soy fiel. Si eres bueno, te trato bien." Pero el amor de Dios no se basa en méritos, sino en decisión.

Dios nos ama en nuestro peor momento. Nos ama cuando lo traicionamos con nuestros ídolos, cuando corremos detrás de cosas vacías, cuando elegimos el pecado en lugar de Su gracia.


Y en el matrimonio, nos llama a reflejar ese amor.

Cuando nuestro esposo o esposa falla, cuando nos hieren con palabras o acciones, cuando no cumplen con nuestras expectativas... es en ese momento cuando Dios nos llama a amarlos con su amor sobrenatural.


El amor humano busca una razón para quedarse.El amor de Dios busca una razón para cubrir.

No estoy diciendo que seamos tolerantes con el abuso o la infidelidad. Pero en las luchas normales del matrimonio—cuando el otro no merece perdón, cuando no han pedido disculpas, cuando sentimos que ya dimos demasiado—Dios nos llama a amar con su gracia.

Porque el matrimonio no es un contrato donde el amor depende del desempeño. Es un pacto donde el amor refleja el amor de Dios.


¿Cómo respondemos a la bondad de Dios?


  1. Cuando sufrimos injusticia, aprendemos misericordia.

    • Como José, podemos elegir ver el propósito más grande en lugar de exigir venganza.

  2. Cuando enfrentamos la traición, aprendemos el amor de Dios.

    • Como Oseas, Dios nos llama a cubrir en lugar de señalar.

  3. Dios usa nuestras heridas para mostrarnos quién es Él.

    • Quizás lo que estás viviendo hoy no se trata solo de ti, sino de lo que Dios quiere mostrar a través de ti.

La mayor prueba de la bondad de Dios es Cristo


Si alguna vez dudas de la bondad de Dios, mira a la cruz.

Jesús sufrió injustamente como José, pero en la cruz dijo:"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen."

Jesús amó incondicionalmente como Oseas, entregando su vida por nosotros cuando no lo merecíamos.

El pecado trajo sufrimiento al mundo, pero también nos permitió conocer la misericordia, la justicia y el amor de Dios de una manera que antes no conocíamos.

Así que, aunque el dolor grite lo contrario, la verdad sigue en pie:

Dios es bueno.

Aun cuando la vida no lo parezca.Aun cuando el mundo sea injusto.Aun cuando nos fallen.

Dios sigue siendo bueno.

Y su misericordia, su amor y su gracia son eternos.


¿Cómo estás respondiendo a su bondad hoy?

Tal vez es hora de dejar el resentimiento y perdonar.Tal vez es momento de amar sin condiciones.Tal vez Dios está usando tu historia para mostrarle a otros su amor.

Sea cual sea tu situación, recuerda esto:

Dios te está formando en este proceso.Dios te está enseñando a amar como Él ama.Dios sigue siendo bueno.

Y al final, cuando mires hacia atrás, te darás cuenta de que incluso en los días más oscuros...

Él estuvo ahí.

 
 
 

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