top of page

Eternidad en tu corazón

Para Levantarse Fuerte

Actualizado: hace 4 días

Hay quienes piensan que la fortaleza se mide por cuánto puedes resistir sin caer. Pero yo he aprendido —y tal vez tú también— que la verdadera fuerza se encuentra en el momento en que, roto por dentro y sin razones para continuar, decides levantarte… una vez más.

No con los puños cerrados, sino con el corazón abierto. No con arrogancia, sino con humildad. No por orgullo, sino por gracia.



La vida tiene sus estaciones oscuras. Hay días —y noches más aún— donde el suelo parece más familiar que el aire. Donde uno olvida cómo andar, porque ha pasado demasiado tiempo en el suelo.Pero, amigo, ese suelo no es tumba. Es semilla.



Las Caídas de los Hombres Que Dios Usa

Pedro sabía lo que era fallar.Fanfarroneó fidelidad, juró lealtad, y luego, en cuestión de horas… negó. No una, ni dos, sino tres veces.

Imagino su mirada cuando el gallo cantó. La vergüenza. El colapso del alma. La traición más grande no fue a Jesús, fue a su propia imagen de sí mismo.

Y sin embargo…Jesús no lo descartó. No lo avergonzó públicamente. No lo reemplazó.Lo buscó.Lo restauró.Lo llamó una vez más: “Apacienta mis ovejas.”

¿Te das cuenta?Pedro no fue fuerte porque nunca cayó.Fue fuerte porque se dejó levantar por la gracia.


El Silencio del Pozo y la Promesa del Palacio

José no cayó por error propio. Cayó por envidia ajena.Arrojado a una cisterna. Vendido como esclavo. Olvidado en una prisión.Una caída tras otra, como si el cielo guardara silencio.

Pero ese silencio no era ausencia. Era preparación.

Años después, cuando José miró a los mismos hermanos que lo habían traicionado, no les devolvió lo que merecían. Les dio lo que necesitaban: perdón.

Y luego dijo una frase que el alma necesita guardar como ancla:

“Ustedes pensaron hacerme mal… pero Dios lo transformó en bien.” (Génesis 50:20)

Dios no usó a José a pesar de su quebranto.Lo usó a través de él.


La Teología del Grano de Trigo

Jesús lo dijo con claridad, aunque pocos querían escucharlo:

“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” (Juan 12:24)

Hay que morir para dar fruto.Morir al ego. A los planes propios. A la autosuficiencia.Y no es un morir simbólico. Es un quebranto real. Una rendición verdadera.

Pero en esa muerte… algo santo ocurre.Una resurrección silenciosa, una vida nueva, comienza a brotar desde lo más profundo.


Para Levantarse Fuerte

De eso trata esta canción. De eso trata la cruz. De eso trata el Evangelio.

No de evitar las caídas.Sino de saber que en Cristo, cada caída puede ser una siembra.

Yo no sé dónde estás hoy. Tal vez estás de pie, fuerte como un roble. Gloria a Dios por ello.Pero si estás en el suelo… si te cansaste de intentar…permíteme recordarte:

La resurrección del corazón no viene antes de la muerte.Primero hay que perder la razón…Para levantarse fuerte.

La Fuerza Está en la Gracia

Dios no está esperando que te limpies primero. Ni que te expliques. Ni que finjas.Él solo quiere que te dejes levantar.

Y si lo haces…No serás el mismo.Serás más sabio, más compasivo, más lleno de Él.

Más fuerte.


Oración final:

Señor, levántame desde el polvo. No para mostrar mi fuerza, sino para revelar la tuya. Que cada herida sea un canal de tu gracia. Y que en lo que un día fue mi ruina, florezca tu gloria. Amén.

 
 
 

Comments


bottom of page