LAS MANOS DE LA IGLESIA: Parte 3
- Gustavo Vargas
- 2 mar
- 4 Min. de lectura

Planeamiento
Mateo 7:24-29 "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas."
La planificación dentro de la iglesia es fundamental para el crecimiento y desarrollo de la congregación y de sus miembros. Un liderazgo organizado y estratégico permite que la iglesia cumpla con su misión de edificación, evangelismo y servicio.
Áreas Claves de la Planificación en la Iglesia
Servicios de Culto: Organizar horarios, contenido y estructura de los servicios para satisfacer las necesidades espirituales y emocionales de la congregación.
Ministerios y Actividades: Planificar programas para distintos grupos (jóvenes, niños, adultos y ancianos) fomentando su crecimiento espiritual y comunitario.
Estudios Bíblicos y Educación: Desarrollar programas de enseñanza que profundicen el conocimiento de las Escrituras y la fe.
Evangelismo y Alcance Comunitario: Estrategias para compartir el evangelio a la comunidad a través de evangelización, misiones y obras sociales.
Finanzas y Recursos: Administración responsable y transparente de los recursos materiales y financieros de la iglesia.
Liderazgo y Formación: Capacitar líderes y voluntarios para un servicio eficaz y comprometido.
Infraestructura y Mantenimiento: Cuidar y desarrollar las instalaciones para brindar un ambiente adecuado para la adoración y enseñanza.
Tener una visión clara y un plan estratégico es clave para alcanzar los objetivos de la iglesia a corto y largo plazo. Sin embargo, toda planificación debe estar fundamentada en la oración y en la dirección de Dios, buscando siempre cumplir con su propósito.
Isaías 28:16 – "Por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure." 1 Pedro 2:5 – "Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo."
¿Quién te Va a Ayudar?
El éxito en la planificación y ejecución de la obra de Dios no depende solo de nuestra intención, sino de nuestra diligencia en llevar a cabo lo que Él nos ha encomendado.
Proverbios 10:4 – "La mano negligente empobrece; mas la mano de los diligentes enriquece." Proverbios 21:25 – "El deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar."
Para avanzar en el propósito de Dios, debemos comprometernos con la diligencia y evitar la pereza. La diligencia implica:
Cumplir con los compromisos y ser responsables en todas nuestras labores.
Ser activos y constantes, sin dejar que la apatía o el desánimo nos detengan.
Evitar la procrastinación, postergando deliberadamente tareas importantes puede afectar nuestro crecimiento y testimonio.
Priorizar correctamente, enfocándonos en lo que verdaderamente edifica y glorifica a Dios.
Ser diligentes no solo en nuestro servicio a la iglesia, sino también en nuestra relación con Dios:
Diligencia con Dios: Cumplir con sus mandamientos, vivir en oración y amar al Señor con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas.
Diligencia con uno mismo: Establecer metas, cumplirlas a tiempo y mantenernos firmes en nuestra fe.
Juan 5:10-18 "Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. Él les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios."
Jesús nos da el ejemplo de trabajo y servicio constante en la obra del Padre. Así como Él trabajó incansablemente para llevar sanidad y restauración, nosotros debemos seguir su ejemplo y esforzarnos en la misión que nos ha encomendado.
Conclusión
El éxito en la vida cristiana y en la edificación de la iglesia depende de una planificación sabia y diligente. No basta con tener buenas intenciones; debemos actuar con responsabilidad, compromiso y esfuerzo.
Planificar con sabiduría y bajo la dirección de Dios.
Ser diligentes en nuestro servicio y evitar la pereza.
Seguir el ejemplo de Jesús, quien nunca dejó de hacer la voluntad del Padre.
Si trabajamos con esmero y fidelidad, edificaremos sobre la Roca firme y veremos frutos abundantes en la obra del Señor.
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